Un negro con pollazo acudió a un centro de fotografía para hacerse unas fotos de cuerpo entero. La mujer que estaba allí trabajando, en cuanto lo vio en la puerta se puso cachonda y pensó como seducirlo. Mientras trabajaban en las fotos, ella le fue pidiendo que se desnudara, y el hombre acabó desnudo completamente sin entender nada, hasta que ella, con cara de zorra deseosa, comenzó a tocarle el rabo. Entusiasmada ante su tamaño, se lo comió con ganas y él la compensó penetrándole fuerte, en distintas posturas. Él solo quería unas fotos, pero salió de allí más que a gusto.