Una joven rubia a la que le gusta hacer ejercicio y mantenerse en forma, tenía una contractura y tuvo que llamar a su masajista de confianza, para que fuera a hacerle un masaje a domicilio. Ella untada de aceite, y con sus fuertes manos que no dejaban de tocarla, la situación se fue calentando y acabaron follando juntos intensamente, como si les fuera la vida en ello.