Dos gemelas cachondas son el sueño de sus vecinos, que aún no se creen lo que les ocurrió la otra tarde. Desde fuera las vieron en el sofá, masturbándose con unos dildos, y sin dudarlo tocaron el timbre de la casa. Cuando estuvieron los cuatro juntos, ellas húmedas y ellos con la polla bien tiesa, se pusieron a follar sin pensarlo, los cuatro juntos, en una orgía inolvidable para todos.