Una mujer policía estaba patrullando con su compañera cuando tuvieron que parar al ver a un negro que les pareció sospechoso. O eso pensaba él, porque la realidad es que la policía rubia, al verlo, se imaginó su polla, y lo único en lo que podía pensar era en hacerle una mamada allí mismo, al aire libre y junto al coche patrulla, mientras su compañera vigilaba que no los viera nadie.