Una afortunada jovencita rubia tiene al famoso Dredd como nuevo amante y es que tras una breve conversación por mensajes de texto, quedan para pasar la tarde juntos. La joven lo espera en su terraza, masturbándose sobre una tumbona y cuando él llega, ya con la polla tiesa, follan y juegan como animales en celo, sin control y con el morbo de sentirse libres.