Janice Griffith, con el morbo que la caracteriza, logra que una enorme polla se corra a chorros. Estaba en la piscina, tomando el sol cuando su nuevo amante se acercó a ella y disfrutaron juntos del polvazo de sus vidas, con una mamada espectacular y penetraciones profundas, hasta que por fin él se corrió a lo bestia.