La reunión de esa mañana era muy importante, ya que se jugaban un gran negocio para la compañía en la que trabajan. Tras horas de negociación y al haber salido ganando, aunque estaban agotados, se sentían pletóricos y muy cachondos, por lo que se encerraron en la oficina y se pusieron a follar sin control, desesperados por sentir y por darse placer. Besos rápidos, sexo oral y penetraciones profundas sobre la mesa del despacho, hasta que acabaron relajados entre gemidos y risas.