Aunque la rubia no tendría motivos para tener que machacarse haciendo ejercicio, le gusta mantener su perfecto cuerpazo en forma con un entrenador personal, aunque hay días que pasa del ejercicio y prefiere follar con él como si no hubiera un mañana. Acabó la última sesión con la ropa rota y un polvazo salvaje que nunca podrá olvidar.