Cuando llegó a casa de trabajar se encontró toda la cocina tirada y sin limpiar, por lo que se cogió un enfado descomunal, ya que precisamente para eso está pagando una criada. Fue tal el cabreo, que cogió a la trabajadora de hogar y tras acomodarla en la encimera de su cocina comenzó a penetrarla primero por el coño y finalmente por el culo como castigo por no haber hecho su trabajo como es debido.