Esta entrenadora de tenis es muy estricta y gracias a ello ha conseguido que muchas jugadoras que han pasado por sus instalaciones se conviertan en profesionales. Cuando sus chicas hacen un buen entrenamiento, ella suele hacerles una sorpresa, unas veces las invita a comer, otras las lleva de excursión y en esta ocasión decidió hacerles un regalo inolvidable que consistió en un trío lésbico en el que las tres no pararon de comerse el coño y de masturbarse mutuamente hasta correrse de placer.