Tras oír hablar de un glory hole que se encontraba en un sexshop, esta francesa tetona se presentó allí con ganas de ponerse las botas. La morena escogió una película porno y se sentó para masturbarse, esperando que de alguno de esos agujeros emergiese una buena polla. Para su sorpresa, lo que apareció fueron dos vergas negras y ella no dudó en sacarles brillo, dejando incluso que uno de ello se la follase contra la pared, para terminar de rodillas saboreando las corridas que ambos mulatos anónimos soltaron sobre su lengua.