Gina Valentina tiene un vicio bastante importante con su consola, cuando se pone a jugar se abstrae y se olvida del mundo que la rodea y eso la relaja muchísimo. Tanto, que cuando está así, su chico no tiene problemas en bajarle los pantalones casi sin ella darse cuenta y penetrarla con fuerza. Solo cuando Gina no aguanta el placer que siente, es cuando suelta el mando de la consola y se pone a cabalgar desesperada.