Aunque tenía una relación muy bonita con mi novio y los dos estábamos muy enamorados, en secreto me estaba follando a una estrella del basket. Una tarde con mi chico recibí un mensaje y enseguida me fui a verle, poniéndome un vestido rojo muy ceñido y preparándome para cualquier cosa que fuésemos a hacer. Me atraía su fama y su dinero, pero sobre todo el pedazo de polla que tenía entre las piernas. De hecho eso mismo fue lo primero que me llevé a la boca nada más verla, hasta terminar cabalgándola como una golfa mientras él se limitaba a azotar mi culazo.