Las enormes tetas y el culo lleno de grasa de mi sobrina me vuelven loco desde que se hizo mujer y mayor de edad. No me la podía sacar de la cabeza y el otro día cuando entré en su habitación y la vi profundamente dormida y medio desnuda no me pude contener. Me volví loco y me acerqué a ella. Empecé a tocarla con los dedos y no se despertaba pero si que se estaba poniendo muy húmeda así que fui más allá y le metí la polla. De perdidos al río… Me la follé como siempre había querido hacer y cuando por fin se despertó no opuso resistencia, la muy perra estaba gozando.