Adriana Chechik tiene un cuerpo envidiable que debe mantener en forma y para ella, una forma de hacerlo es practicando yoga, pero no se le da demasiado bien así que contrata a un entrenador para que la ayude con los movimientos. No lograron terminar la primera clase, los dos estaban demasiado cachondos como para concentrarse y Adriana Chechik acabó con sus pantalones rotos gimiendo de placer mientras su entrenador le metía la polla por el culo.