Desde que su madre le presentó a su nuevo padrastro, Anya Olsen ha estado muy obsesionada con él. Cuando por fin se quedaron un día solos en casa ella no lo dudó y se lanzó a por la polla de él, sabiendo que iba a ser bien recibida. Primero le hizo una mamada, luego lo cabalgó en diferentes posturas, y acabó de rodillas mamando otra vez hasta tragarse hasta la última gota de semen que soltó el hombre al correrse.