August Ames necesitaba aprobar un examen como fuera, por eso contrató a un profesor particular para que la ayudara con él. Al principio todo iba bien, pero cuando el profesor, con la intención de animarla, se puso a masajear sus hombros mientras ella hacía un ejercicio, el ambiente cambió por completo. Los dos se sintieron atraídos por el otro de inmediato, y olvidándose de los apuntes, se pusieron a follar como animales en celo.