Sus padres la castigaron un par de semanas sin poder salir de fiesta por haber suspendido un examen, y la pobre estaba que se subía por las paredes, necesitaba sexo y lo necesitaba ¡ya!. Así que una tarde, aprovechando que en casa solo estaban ella y su hermanastro, la muy golfa le suplico sexo de todas las maneras posibles, e insistió tanto, que al final su hermanastro por pesada no tuvo más remedio que meterle un buen «meneo» para quitarle las ganas de polla que tenía.