Para ganarme un dinero extra, empecé a trabajar cuidando y cortando el césped de un señor mayor. El hombre esta solo y ya no tiene la energía de antes, por lo que necesitaba que alguien le hiciese algunas tareas domésticas. Una mañana mientras usaba la cortadora de césped, tuve un pequeño incidente y sin querer, le tiré encima toda la hierba cortada. Fue a quitársela de encima y para compensarle, empecé a darle unos cuantos besitos. Descubrí que era un maduro muy salido y aproveché el momento, para dejarle probar mi coño y follármelo en su casa, donde el hombre parecía haber rejuvenecido tras echarme ese polvazo.