La verdad es que siempre he tenido una muy buena relación con mis tías, aunque reconozco que nunca como para llegar a follar con ellas. El caso es que estaban preparando en la cocina la cena de Nochevieja, pero hacía tanto calor debido a un problema con la calefacción, que no se les ocurrió nada mejor que hacer de comer en braguitas. Por supuesto, cuando entré en la cocina y las vi, se me puso la polla durísima y me entró tal calentón que no pudo hacer otra cosa que follármelas por turno mientras ellas seguían a lo suyo preparando la cena.