Una jovencita muy zorra tiene un problema, y es que solo disfruta del sexo cuando lo practica con los más viejos. Como las relaciones con ellos no son tan fáciles de conseguir, lo que ha hecho es ir como voluntaria a una residencia de ancianos, y allí se liga cada día a uno diferente, le come la polla y disfruta cabalgando a su antojo hasta que el viejo logra correrse.