Kendra Lust tiene a su sobrino pasando el fin de semana en su casa, y con el cuerpo explosivo que tiene y lo poco que lo esconde, el chico está más caliente que nunca. La ve durmiendo medio desnuda y se saca la polla para pajearse, móvil en mano para grabarla, pero ella se da cuenta. En lugar de enfadarse, como él penaba que haría, se lanzó a comerle la polla y acabaron follando intensamente.