Kendra Lust tiene un problema, que aunque para ella no lo es tanto, para su hija si. No puede evitar la atracción que siente por jovencitos y su hija sufre las consecuencias, ya que cada vez que lleva a casa a un amigo o a un novio, la madura tetona acaba encerrada en su habitación con el chico en cuestión teniendo sexo salvaje y apasionado. En esta escena es Jordi el que disfruta de la mujer maciza, follándosela con ganas hasta que se corre en su boca.