Kendra Sunderland se ha ido de vacaciones, pero ni estando sola y relajada puede olvidarse de su gran pasión: el sexo. Una mañana se despertó muy cachonda y tras tocarse un poco, decidió ir a la piscina a calmar el calentón que tenía, y lo hizo pero no como esperaba. Allí se encontró con un negro pollón del que ya no se separó en todas las vacaciones. Tras comerle el rabo al aire libre, se van a su habitación y allí se dejan llevar por el momento, follando intensamente, con sexo oral incluido, y profundas penetraciones en diferentes posturas. La rubia no podía parar de gemir del intenso placer que sentía.