Una madurita rubia amateur aburrida de su vida en el día a día y de su marido, que le da muy poca vida sexual, decide presentarse a un casting porno. Acude a una habitación de hotel en el que la citan, y empieza contestando algunas preguntas sobre la cama. Entonces aparece su compañero de escena, al que le come la polla con muchas ganas, como si fuera agua y ella estuviera muerta de sed. El hombre se pone tan cachondo que, aunque no estaba programado, acaba follándosela por el culo.