Mi abuelo lleva un tiempo viviendo conmigo, pero las cosas se nos estaban yendo de las manos y decidió marcharse. Cuando me lo dijo me puse bastante triste y lo convencí para que se acostara conmigo en mi cama, y tuvimos un polvazo de despedida que terminó regalándome una corrida en la boca. La verdad es que lo voy a echar mucho de menos, sobre todo el sexo que tenemos juntos.