La morenaza fue pillada robando y tras una persecución por fin acabó tras las rejas. Ella no estaba dispuesta a quedarse ahí mucho tiempo, y fue capaz de provocar lo suficiente al policía que la vigilaba en el calabozo para que éste entrara en su celda a follar con ella. Al terminar, mientras el hombre se reponía del polvazo salvaje, ella salió huyendo.