En esta vida hay cosas que no se pueden evitar, y para mi, una de ellas es desear sexualmente al novio de mi hija, me pone muy cachonda. Nunca pensé en hacer nada al respecto, pero la otra tarde, en un rato que nos quedamos solos en casa él no paraba de insinuarse, y una no es de piedra… Al final nos dejamos llevar y olvidando por completo a mi pobre hija, follamos como animales. Primero me comió las tetas y el coño, yo le hice una mamada y me penetró una y otra vez sobre el sofá, hasta que se corrió del gusto en mi boca.