Para triunfar en su empresa, esta sexy milf se pasa largas horas en la oficina y afronta negociaciones muy duras. El estrés es algo con lo que tiene que vivir a diario y un día quiso relajarse después de tanto trabajo. Volvió a su hotel para darse un baño y contrató a un masajista para disfrutar de sus manos. Pero al final encontró algo mejor con lo que gozar, así que le pidió sexo y el masajista no pudo negarse al contemplar el cuerpazo de la madurita.