Se suponía que habían citado a Cory Chase para que hiciera una sesión de fotos eróticas para una importante productora. Pero la realidad, es que le tenían preparado una sorpresa inolvidable de esas que a una mujer tan viciosa como ella le encanta. Cuando terminaron de hacerle las fotos, aparecieron dos chicos negros y sacaron sus enormes pollas para ponérselas a su disposición. Ella ni se lo pensó, se las llevó a la boca y empezó a chupar como buena golfa que es, y después disfrutó de un trío interracial en el que le dejaron el culo roto y dolorido con las duras y extremas penetraciones anales que le hicieron.